Mecanismo de Antikythera; identidad y contexto

Mecanismo de Antikythera; identidad y contexto

«El mecanismo de engranajes más antiguo de cuyos restos disponemos es el Mecanismo de Antikythera. Se trata de un mecanismo que usa treinta engranajes diferenciales en bronce que se diseño para seguir el movimiento de los cuerpos celestes. El mecanismo era capaz de predecir con gran precisión las posiciones del sol y de la luna en el zodiaco, aunque estudios posteriores sugieren que el dispositivo era bastante más ‘inteligente’ y lo consideran la primera computadora de la historia.(*)»

(*) Antikythera, es una isla del Mar Egeo. El mecanismo allí hayado, es objeto de constante estudio y la información al respecto frecuentemente actualizada.

«Todas estas habilidades de las máquinas son producto de siglos y milenios de talento matemático humano, la acumulación de las creaciones asombrosas de cientos de generaciones de genios científicos, incluidos los que ahora mismo trabajan en San Petersburgo o en Silicon Valley. Los robots que nos deslumbran y nos asustan son un destilado de las mejores cortezas cerebrales de los últimos 10 milenios. (…)» – JAVIER SAMPEDRO –

Podías sentir la trascendencia de esos paisajes. Su influencia. Y desde esa influencia una visión; que las muestras y eventos de potencial tecnológico industrial se convirtiesen paralalelamente en una muestra de arte y creación»

Una idea de fondo para estas pequeñas intervenciones creativas sobre la industria.
Con la tecnología industrial como punto de partida, una acción común y la posibilidad de una convocatoria abierta al campo de la creación contemporánea.

Antikythera como espacio creativo, surge desde la disciplina del diseño y en gran medida del trabajo convencional desarrollado para compañías industriales en parcelas de comunicación.

De ahí, que el primer encuentro con este mecanismo que da nombre a estas intervenciones se diese de forma casual en 2008, buscando un sistema de engranajes para las gráficas de una exposición de máquinaría.
Aquella descripción, parecía recoger sintetizadamente, la memoria técnológica de toda una era.

Un impulso de expresión estética acompañado de un proceso de reflexión que comenzó en una  primera exposición de carácter creativo en la Bienal de Máquina Herramienta en Bilbao en Mayo de 2010.

Aquella experiencia en la Bienal quedó recogida por los medios. Durante aquella semana, se pintaron piezas, se recogieron impresiones, se pintó y se bocetaron ideas para su posible posterior desarrollo.

El campo del diseño, y la fascinación por los territorios que han hecho posible su propio camino.

En Junio de ese mismo año, los diseñadores Clemens Weisshaar y Reed Kram, bajo el patrocinio de la casa automovilística Audi, desarrollaban en la semana del diseño de Londres una instalación urbana con robótica. ‘OUTRACE. Robots Land On Trafalgar Square!’  http://www.outrace.org/

Aunque en Londres el objetivo  publicitar una marca automovilísitca. situaba el paisaje industrial tecnológico como protagonista de los procesos de transformación. Mencionaban también el mecanismo de Antikythera.

 

 

 

 

Territorios técnicos que resultan la manifiesta expresividad de lo incuestionable.
Máquinas que hacen cosas que hacen todo tipo de cosas.
El gran Backstage de todo lo que después estará entre nosotros ensamblado y terminado.

No se los considera arte, pero algunos de ellos acabarán en un museo.
Hoy en día, hay museos para la historia metalúrgica y contemplamos en la ciudad como hermosos los paisajes industriales del pasado y antiguas grúas siderúrgicas donde nuestros abuelos sólo veían el trabajo del hierro.
Según parece, la industria es algo a lo que hayamos esencia y consideramos hermoso, cuando ya no funciona.

Las intervenciones que se presentan aquí son cosas pequeñas y sencillas ensoñaciones convertidas en un anillo, lienzos, telas o piezas accesibles.

Pequeñas ideas que surgieron del trabajo convencional desarrollado para compañías industriales de muchos lugares y tamaños
que hace ya casi diez años, mostraban cosas que parecían cobrar vida para indicarnos que ellos serían los protagonistas de las grandes intervenciones.